“La bondad de Dios te guía al arrepentimiento” (Romanos 2:4)



Mi hermana en Cristo Ana Ramírez
me manda esta meditación:



Hay dos mares en Palestina.

Uno es fresco y lleno de peces, hermosas plantas adornan sus orillas; los árboles extienden sus ramas sobre él y alargan sus sedientas raíces para beber sus saludables aguas.

El río Jordán hace este mar con burbujeantes aguas de las colinas, que ríen en el atardecer. Los hombres construyen sus casas en la cercanía y los pájaros sus nidos y toda clase de vida es feliz de estar allí.

El río Jordán corre hacia el sur a otro mar, aquí no hay trazas de vida, ni murmullos de hojas, ni canto de pájaros, ni risas de niños. Los viajeros escogen otra ruta, solamente por urgencia lo cruzan. El aire es espeso sobre sus aguas y ningún hombre ni bestias, ni aves la beben.

¿qué hace esta gran diferencia entre mares vecinos?

No es el río Jordán. El lleva la misma agua a los dos. No es el suelo sobre el que están, ni el campo que los rodea.

La diferencia es ésta:

El Mar de Galilea recibe al río pero no lo retiene. Por cada gota que a él llega, otra sale.

El otro mar retiene su ingreso y cada gota que llega, allí queda. Le llaman Mar Muerto.

¡Que gran ejemplo que nos da Dios a través de la naturaleza! aprendamos a ser canal de bendición para otros, si Dios nos bendice con su amor, demos amor a los que nos rodean, si Él nos da perdón ofrezcamos perdón, todos hemos recibido algo directamente del cielo para continuar fluyendo hacia los demas, no permitas que se estanque allí . Más importante en esta vida que ganar solo, es ayudar a otros a vencer también. Aunque eso implique disminuir el paso o cambiar el curso.

Dice Hechos 20:35:

"Más bienaventurada cosa es dar que recibir."

Y Lucas 6:38:

"Dad, y se os dará; medida buena,
apretada, remecida y rebosando
darán en vuestro regazo;
porque con la misma medida
con que medís, os volverán a medir.


Gracias Ana



“Bendito sea el Dios y Padre

de nuestro Señor Jesucristo,
que nos bendijo con toda
bendición espiritual
en los lugares celestiales
en Cristo,

según nos escogió en él antes
de la fundación del mundo,
para que fuéramos santos
y sin mancha delante de él.

Por su amor, nos predestinó
para ser adoptados hijos suyos
por medio de Jesucristo,
según el puro afecto de
su voluntad”
(Efesios 1:3-5)

Este pasaje nos sumerge en tan profunda sabiduría y Amor que casi nos absorbe hasta los mismísimos cielos su sola lectura.

El Plan de Redención estaba listo desde antes que existiese la tierra, los mares y todas sus criaturas. Y desde aquellos días fuimos colocados debajo de la cobertura del Hijo que habría de venir en la plenitud de los tiempos a comprarnos con su sangre “para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él”.

Tenemos “toda bendición espiritual” en los cielos y el “puro afecto de su voluntad” jalando de nosotros hacia las alturas.

¡Que pequeños se hacen nuestros planes ante tan grandes afirmaciones emanadas desde el Trono de Dios en el principio de los tiempos!

***





”Y dejaré en medio de ti

un pueblo humilde y pobre,
el cual confiará en el nombre de YaHVéH”
(Sofonías 3:12)

¡Que diferentes son las demandas del Reino a las de este mundo!. Aquí se premia el individualismo, la “rebeldía”, los proyectos propios y aun la altanería. Pero el remanente que heredará el Reno de Dios en Sión será un pueblo “humilde y pobre”. El Señor en las bienaventuranzas menciona a los “pobres de espíritu”. Los que son de naturaleza “oveja” y no “cabritos”. Nos resulta difícil aceptar esa naturaleza tan opuesta a las demandas de este mundo. Tan menospreciada. Pero en eso consiste gran parte de la educación de lo Alto que nos es impartida mientras estamos en el Camino: Dios nos va conformando según Sus deseos, limando nuestras rebeldías, sustituyendo nuestros proyectos por los de Él. El versículo que sigue el anterior es mas explícito aún sobre la naturaleza de “ovejas” del remanente de Israel que será guiado a verdes prados por el Gran Pastor:

“el remanente de Israel;
no cometerá iniquidad,
no dirá mentiras,
ni se hallará engaño en su boca.
Pastarán y se echarán a descansar
sin que nadie los espante.”
(Sofonías 3:13)

***





“Aunque el Señor os ha dado
pan de escasez
y agua de opresión,
tu Maestro
no se esconderá más,
sino que tus ojos
contemplarán
a tu Maestro”.

(Isaías 30:20)

No en vano se le llama a Isaías el quinto evangelista”: él es un ejemplo notable de la integridad de la Palabra. Aquí alude a un pueblo que pasaría necesidades agudas, pero que un día escucharía a su Maestro. Y a continuación dice:

“Tus oídos oirán detrás de ti
una palabra: Este es el camino,
andad en él, ya sea que vayáis
a la derecha o a la izquierda.

La experiencia cristiana es una aplicación personal de la experiencia de Efraín, la descendencia del norteño reino de Israel desterrado entre las naciones, la casa de Israel a la cual le fue enviado el evangelio según instrucciones del Maestro (Mateo 10:5-7). Todos nosotros estábamos perdidos en nuestros pecados, oprimidos y con “pan de escasez” espiritual, y escuchamos el evangelio de Salvación. Y las palabras del Maestro vivieron en nosotros. Desde entonces la voz del Espíritu en nuestro interior nos avisa cuando nos desviamos a la izquierda o derecha para no salirnos del Camino.

¡Todo esto se anuncia en este breve pasaje!.

***







“Los trajo después a las fronteras
de su tierra santa,

A este monte que ganó
u mano derecha.

Echó las naciones de delante de ellos,
Con cuerdas repartió
sus tierras en heredad,

E hizo habitar en sus moradas
a las tribus de Israel”.

Salmo 78:54-55

No solemos pensar en Dios/Elohim aquel que guía la historia hacia un fin, un propósito. Parece que todo fluye confusamente y a los tropezones. Pero no es así: Dios/Elohim está en el control y esto debe traer paz a nuestro espíritu. Dice Isaías 41:4:

¿Quién, desde el principio, ha ordenado
el curso de la historia? Yo, el Señor,
el único Dios, el primero y el último.

Y su propósito hoy, en torno al cual todo se ordena, es rescatar un remanente de Israel de entre las naciones y volverlo a Sion. Este es el Israel de Dios, su pueblo espiritual, redimido por la sangre del Cordero, el pueblo de un Reino que traerá Paz y Justicia al mundo venidero. Y así como la instalación de su pueblo carnal, el Israel nacido en las faldas del Sinaí, precisó de operaciones profundas en la historia de los pueblos que habitaban la llamada Palestina, ahora de nuevo hay allí tumulto.

El éxodo futuro del remanente de Israel a Sion será mayor que el primer éxodo. Y si aquel involucró solo a Egipto, este involucrara a todas las naciones de este mundo global, la "Sodoma y Egipto" planetaria, desde donde estamos siendo rescatados en forma portentosa para ser retornados a nuestra tierra.

E involucrará también al cielo, a donde concurriremos a la cena y las bodas del Cordero, y desde el cual descenderá el Hijo de Dios y Dios mismo - el Hijo de David - a habitar con los hombres.

***




En Filipenses 3:20 se hace una afirmación que no debemos olvidar:

“Pero nuestra ciudadanía
está en los cielos, de donde
también esperamos al Salvador,
al Señor Jesucristo”.

Y en el versículo siguiente se dice como es que vamos a ejercer esa ciudadanía que no es de este mundo:

“Él transformará nuestro
cuerpo mortal en un cuerpo
glorioso semejante al suyo"

Así de simple, de rotundo, de maravilloso. ¿Alguien puede ofrecernos una mejor ciudadanía?. La de este mundo es urgente en sus demandas, como nuestro cuerpo nos urge con las suyas. Pero como nuestro cuerpo, se enferma, se corrompe, decae y desilusiona.

Atendamos las urgencias legitimas de nuestra ciudadanía de este mundo, pero sin apegarnos a ella. No olvidemos que nuestra verdadera ciudadanía esta por venir. Vendrá – como el alba llega después del momento mas oscuro de la noche - y está mas allá de todo lo que podemos pensar e imaginar. Solo nuestra mente espiritual puede contemplarla de lejos, y anhelara.

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“Su íntimo pensamiento es que
sus casas serán eternas,

y sus habitaciones para
generación y generación.

(Salmo 49:11)

Mas de 1.000.000 de evacuados, 1.000 millones de pérdidas, y muchas de las casas de los mas ricos, glamurosos y famosos del mundo quemadas en California. Me animo a decir que ninguno de estos tiene vidas temerosas de Dios. Sus posesiones eran su coraza. Dice la Palabra:

“Aunque, mientras viva,
llame dichosa a su alma

y sea alabado porque prospera,...
El hombre que goza de honores y no entiende,
semejante es a las bestias que perecen”.
(Salmo 37:18-20)

Palabras poco comedidas, sin duda. Y afirma en cambio:

“Pero los mansos heredarán la tierra
y se recrearán con abundancia de paz”.
(Salmo 37:11)

Los temerosos de Dios, que viven según sus consejos, son los que "heredarán la tierra" en la venidera restauración de todas las cosas. Pero el que desafía con su estilo de vida al Altísimo - el "que goza de honores y no entiende" - tiene un corto destino. Y este es solo el comienzo, el Juicio mayor - ¡cuida Señor nuestras almas! - todavía no ha llegado:

"La altivez de la mirada
del hombre será abatida;

la soberbia humana será humillada.
Sólo YaHVéH será exaltado en aquel día".
(Isaías 2:11)

***








“Con tremendas cosas
nos responderás tú en justicia,

Dios de nuestra salvación,
esperanza de todos los términos de la tierra
y de los más remotos confines del mar.
Tú, ...el que sosiega el estruendo de los mares,
el estruendo de sus olas,
y el alboroto de las naciones.
(Salmo 65:5-7)

¿Cuáles son los temas con los cuales nos despertamos diariamente?: La emergencia climática, esto es: “el estruendo de los mares y las olas”, ya que el clima es hijo de los océanos. Y la amenaza continua a la paz mundial. El Presidente Bush advirtió sobre la inminencia de una “tercera guerra mundial” en caso de que Irán – Ahmadineyad - no cese con sus proyectos asesinos contra el Estado de Israel. Esto es “alboroto de las naciones”. Y estas dos temas que nos asaltan todos los días nos dejarían sin esperanza si no tuviéramos una “viva esperanza” que no depende de voluntad de hombres.

Viene un tiempo de restauración de todas las cosas, en que el clima volverá a parámetros normales y placenteros, y habrá Paz y Justicia en el mundo. Viene el Deseado de todas las naciones:

“Con tremendas cosas nos responderás tú en justicia,
Dios de nuestra salvación,
esperanza de todos los términos de la tierra”

Es una buena noticia, que habla de un futuro gozoso, en donde la gloria de Dios será tan abundante como las aguas del mar, hoy embravecidas, que volverán a llegar sin prisa hasta las playas.

¡Aleluya!

***







“Las ofensas me han roto el corazón;

¡estoy sin ánimo y sin fuerzas!
Inútilmente he buscado quien me
consuele y compadezca.

En mi comida pusieron veneno,
y cuando tuve sed me dieron
a beber vinagre”.
(Salmo 69:20-21)

Estos versículos proféticos se cumplieron en el sacrificio en la cruz del Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo. Y reproducen el estado de ánimo en ese momento de Aquel que fue Dios hecho carne:

¡estoy sin ánimo y sin fuerzas!

Él no encontraba quien lo "consuele y compadezca", veía solo burla e indiferencia a su alrededor, para que – en compensación - cuando nosotros estemos en igual estado podamos recurrir a Él por consuelo y liberación. Él fue tentado en todo y lo sufrió todo llegando al extremo mas decaído de la naturaleza humana para equilibrar la balanza y atraer al hombre en toda situación hacia Si mismo. Incluso a quien esta preso en celdas de seguridad. Incluso a quien está en el "corredor de la muerte". Incluso a quien ya está siendo ejecutado, como el ladrón bueno, o el profeta Jeremías en el fondo de un pozo y con los pies hundidos en el lodo.

¡Oh maravilla de Su misericordia!. No estamos solos aun en la peor de nuestras desgracias. Aún cuando estemos sin ánimo ni consuelo, en el límite de todo, Alguien en las alturas, que conoce profundamente la naturaleza humana porque la ha experimentado, tiene el oído atento a nuestro llamado y puede acudir a sacarnos de nuestra postración - si clamamos a Él - cambiándola por gozo y liberación.

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“ Pero nosotros esperamos,

según sus promesas, cielos nuevos
y tierra nueva, en los cuales
mora la justicia.”
2 Pedro 13

En este pasaje la palabra "justicia" puede traducirse también “rectitud”. Tanta son las cosas torcidas a que nos van acostumbrando en todos los ámbitos de nuestra vida que hablar de rectitud parece un exabrupto o una antigualla del pasado. ¿Qué es rectitud?. El apóstol Pablo escribiendo a los Filipenses decía:

“Por lo demás, hermanos,
todo lo que es verdadero,
todo lo honesto, todo lo justo,
todo lo puro, todo lo amable,
todo lo que es de buen nombre;
si hay virtud alguna,
si alguna alabanza,

en esto pensad”.
(Filipenses 4:8)

Repare el lector si alguna de estas cosas son las que se promueven en nuestra sociedad y nuestra cultura. Repare en la programación de TV, o el cine, o los abismos en que se puede caer en la Internet, o los juegos electrónicos y de computadora. O los fundamentos de los temas educativos y sociales que se promueven como la "nueva moralidad" que conduciría a la paz. Repare como estas cosas no reconocen frontera y se expanden por el mundo entero. Repare como las cosas que eran obviamente “sin virtud alguna” en el pasado emergen hoy como demandas y “derechos” a los que debemos curvarnos. Repare la rispidéz conque se recibe cualquier apelación a la normalidad o "rectitud", tal como era entendida - por lo menos en occidente - en tiempos en que los valores de las iglesias de Cristo eran aceptados universalmente (o por lo menos no eran contradecidos hasta la médula). ¿Es posible cambiar por medios humanos o "políticos" este temporal de basura sobre nosotros?. No, no es posible porque ya no existe consenso profundo sobre lo que es bueno y lo que es malo. Sobre lo socialmente aceptable y lo inaceptable. Sobre lo virtuoso y lo viciado, corrupto o torcido.

Por eso nosotros esperamos “cielos nuevos y tierra nueva” y sabemos que el Juicio esta decretado sobre este mundo.

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“Y me ha dicho: «Bástate mi gracia,
porque mi poder se perfecciona en la debilidad»
Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien
en mis debilidades, para que repose sobre mí
el poder de Cristo”.
(2 Corintios 12:9)

El gran siervo de Dios, Watchman Nee, escribió que luego que recibimos a Cristo desaparecen todos nuestros apoyos: "nos quedamos sin techo, sin paredes y sin piso”, decía, y agregaba que aún se menoscabada nuestra moral frente al mundo.

Quizás esto último parezca extraño, pero podemos meditar en varios ejemplos además del que nos da el propio apóstol Pablo, que de ser discípulo respetado de Gamaliel y amigo del temible poder religioso se transformó en una amenaza para los judíos y generador de tumultos en el mundo de su época. Perseguido por judíos y romanos visitó varias veces la cárcel y en ella murió. Fue el caso también de Moisés, incrustado en el centro del poder del mayor imperio de su época como “hijo de la hija del Faraón” con todas sus regalías. Pero en cuanto cedió al llamado de su pueblo para cumplir su misión celestial se transformó en traidor y prófugo de la justicia. Tuvo que huir y terminó apacentando rebaños que no eran suyos en una región remota y allí, despojado de todo, Dios se le manifestó en una zarza.

También nuestro Señor "se hizo débil" hasta lo sumo para cumplir su misión en el Plan de Redención:

“Él, siendo en forma de Dios,
no estimó el ser igual a Dios
como cosa a que aferrarse”
(Filipenses 2:6)

Y murió crucificado entre dos ladrones y en medio del escarnio público.

No nos sorprenda entonces que nuestra "honorabilidad" y prestigio ante el mundo quede debilitada si insistimos en nuestro testimonio en el Camino. Pero la Gracia de Dios resplandece sobre nuestras cabezas y su Espíritu da testimonio en nosotros de que este no es nuestro lugar, que aquí somos peregrinos y extranjeros sujetos a leyes y comportamientos extraños.

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“Haré brotar ríos en los cerros desiertos
y manantiales en medio de los valles;
convertiré el desierto en ciénagas,
haré brotar arroyos en la tierra seca.

En el desierto plantaré cedros,
acacias, arrayanes y olivos;
en la tierra seca haré crecer
pinos juntamente con abetos y cipreses,

para que todo el mundo vea y sepa,
y ponga atención y entienda que yo,
el Señor, he hecho esto con mi poder,
que yo, el Dios Santo de Israel,
lo he creado."
(Isaías 41:18-20)

Continuamente somos bombardeados por el activismo de movimientos llamados “ecológicos” que defienden la flora, la fauna y el agua del planeta. Y esa defensa esta bien. Pero no he visto que reconozcan asimismo Quien es el autor de la maravilla que nos envuelve. Y eso tuerce la acción de estos movimientos llenándolos de palabras ácidas.

La Palabra nos dice que Dios – Elohim – fue el autor de la maravillosa naturaleza que nos rodea. Los ecologistas adoran a la diosa griega “Gea”, un dios falso, sin poder ni entendimiento. Este pasaje habla de un programa “ecológico” que los santos verán en el futuro. Y junto con esta restauración venidera de nuestro deteriorado entorno, las naciones “que han de ser salvas” recordarán Quien es su autor:

“para que todo el mundo vea y sepa,
y ponga atención y entienda que yo,
el Señor, he hecho esto con mi poder,
que yo, el Dios Santo de Israel,
lo he creado."

Porque el mundo lo ha olvidado. Ni Discovery Channel, ni Animal Planet, ni National Geografic Channel, lo proclaman. Mas bien promueven y publican el evolucionismo que implica una actitud de necedad, no de entendimiento.

Este mundo perece por falta de entendimiento, por haber abandonado la Luz que vino al mundo para revelar a Dios a todos los hombres de buena voluntad. Y ante tal abandono, Él enviará una operación de error para confirmar a los pertinaces impíos en sus pensamientos. Será – y esta siendo – una operación terrible que sella en su error y aparta para siempre de la Verdad a quienes se complacen en creer la mentira.

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“El Señor mismo instruirá a todos tus hijos,
y grande será su bienestar”.
Isaias 54:13

En estos días en que se quiere aprobar en mi país una ley que deja a los padres indefensos en la educación de sus hijos en materia sexual y condena a los inocentes a la confusión y al manoseo de su intimidad, nuestro pensamiento y nuestro corazón se eleva hacia la Sión llena gloria del Reino venidero, cuando los hijos serán enseñados directamente por Dios y “grande será su bienestar”.

Ahora son las tinieblas, mañana será la Luz. El Señor citó este pasaje en Juan 6:45:

“Dice la Escritura: Dios los instruirá a todos;
por tanto, todos aquellos que escuchen
lo que el Padre dice, aprenderán de él
la verdad y vendrán a mí”.

Quien escucha al Padre, aprende la verdad y recibe al Hijo. Pero este mundo crepuscular escucha al padre de la mentira, de él aprenden la mentira, y recibirán confusión, dolor y perdición.

¡Oh Dios, líbranos pronto de estas tinieblas!

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"Los discípulos fueron a despertarlo.
--¡Maestro, Maestro, nos vamos a ahogar! --gritaron.
Él se levantó y reprendió al viento y a las olas;
la tormenta se apaciguó y todo quedó tranquilo.
Lucas 8:24

Puedo recordar varias veces en mi Camino en que el Señor puso paz en las olas embravecidas a mi alrededor y salvó mi barca de un hundimiento inminente. Y no tuve palabras para agradecer, apenas pude dar gloria. Él es “socorro bien presente en las tribulaciones”. O, como en el caso del barco que llevaba al apóstol Pablo a Roma y finalmente se destrozara contra los arrecifes, Dios permitió que todos salvaron sus vidas. Esta es otra versión de la acción de Dios a nuestro favor. A veces nos quita lo que tenemos para incluirnos en un Plan mayor. Es un naufragio con propósito. En esa ocasión, Pablo pudo dar testimonio al mayor de la isla de Malta y atraerlo al Reino. Si el barco hubiera pasado de largo ese testimonio programado desde las eternidades no se hubiera producido.

Confiemos en que nuestro Señor puede hablarle al viento y las olas y calmarlas. Entonces “todo quedo tranquilo”.

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“Porque este es un pueblo rebelde...

que dicen a los videntes:
No veáis visiones;
y a los profetas:
No nos profeticéis lo que es recto,
decidnos palabras agradables,
profetizad ilusiones”.
Isaias 30:9-10

Esto decía YaHVéH del pueblo de Israel que acudía a Egipto para salvarse y olvidaba a su Dios. Y es que los profetas de Israel le señalaban su rebeldía a YaHVéH, en cambio la alianza con Egipto (figura del mundo) no los cuestionaba.

“Quieren fortalecerse
con la fuerza del faraón,
y ponen su esperanza
en el amparo de Egipto.

Pero la fuerza del faraón
se os cambiará en vergüenza
y la protección a la sombra
de Egipto, en confusión”.

De la misma forma hoy no esta bien visto señalar lo que es recto según la Palabra, y el mundo quiere crear sus propios patrones de conducta. Sí al ”derecho de los homosexuales”, al feminismo radical (y muchas veces contranatural), al aborto, la manipulación de embriones, la educación sin autoridad...todo esto es visto como actitudes de “tolerancia” que nos llevarán a un mundo de paz.

“decidnos palabras agradables
profetizad ilusiones”

esta es la consigna.

Pero estas ilusiones se tornarán en vergüenza y confusión. Cubrirnos con doctrinas humanistas en vez de la segura cubierta de Dios nos dejará desnudos y traspasados de dolores.

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“Jamás se ha escuchado ni se ha visto

que haya otro dios fuera de ti
que haga tales cosas a favor
de los que en él confían”.
Isaias 64:4

La fortaleza de los impíos – de los que no tienen fe – esta en su voluntad y determinación. La fortaleza de los creyentes esta en el brazo de Dios que actúa y trabaja a favor de los que en Él esperan. Por eso la oración es poder: porque mueve el brazo de Dios. Dice el Salmo 20:7-8:

“Éstos confían en sus carros de guerra,
aquéllos confían en sus corceles,
pero nosotros confiamos en el nombre
del Señor nuestro Dios.

Ellos son vencidos y caen,
pero nosotros nos erguimos
y de pie permanecemos”.

Son muchas las fortalezas que han caído por la oración. Grandes ejércitos han sido vencidos, estrategias en las sombras urdidas contra los santos han sido desechas, y malicias de Satanás disueltas. Aún los elementos han sido puestos a favor del pueblo de Dios cuando Él decide actuar a su favor. Meditemos en el Fuerte de Jacob cuando sintamos que nuestras fuerzas desfallecen. El nos guía al borde del abismo – aun del abismo de la muerte - hacia verdes prados. E infunde nuevas fuerzas al cansado.

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“Porque los que viven conforme a la carne,

ponen la mente en las cosas de la carne,
pero los que viven conforme al Espíritu,
en las cosas del Espíritu.

Porque la mente puesta en la carne es muerte,
pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz”
Romanos 8:5-6

El mundo vive una corrida hacia la muerte apurándose por amoldarse a la carne - los deseos sensuales - y no a las cosas del Espíritu. Una gran grieta esta recorriendo el mundo: de un lado los que fijan su mente en lo Alto, los menos. Del otro los que quieren acomodarse a los deseos sensuales sin freno a los cuales se les quiere elevar a la categoría de "derechos" y promoverlos desde la escuela, los más.

La enseñanza basada en el Espíritu y el autodominio es vista como “cosa rara”, como una antigualla que hay que “superar”. Lo que importa es dar curso a la lascivia sin impedimento alguno. Y dice la Palabra: “la mente puesta en la carne es muerte”.

Estamos en el umbral de la cultura de la muerte institucionalizada en todos los estratos de la sociedad y la cultura. Dice la Palabra: “la mente puesta en el Espíritu es vida y paz”, El camino hacia la paz y vida abundante esta abierto, pero el mundo corre de el hacia su propia destrucción.

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“Él transformará nuestro cuerpo mortal
en un cuerpo glorioso semejante al suyo,..”

(Filipenses 3:21)

Paladeemos el sabor de esta promesa. Ahora vivimos una lucha constante entre lo espiritual y lo carnal: “queremos hacer el bien, pero el hacerlo no esta en nosotros”. Algo falla cuando queremos entregarnos completamente al Señor, porque en nuestra carne todavía habita la ley del pecado, que lucha contra la ley del Espíritu. Lo bajo contra lo Alto.

Pero un día este cuerpo mortal será “semejante al suyo”. ¡Aleluya!. Semejante al Hijo que está en el seno del Padre desde las eternidades. ¿Podemos imaginar esa gloria?. Ni lo intentemos. Es infinitamente mayor de todo lo que queremos, pensamos y soñamos.

***





“Y guiaré a los ciegos

por camino que no sabían,
les haré andar por sendas
que no habían conocido;
delante de ellos cambiaré
las tinieblas en luz,
y lo escabroso en llanura.
Estas cosas les haré,
y no los desampararé"
(Isaías 42:16)

Pocas cosas – excepto la resurrección - ejemplifican mejor los milagros de Jesús que dar vista a los ciegos. Y en varios pasajes de las escrituras se afirma que YaHVéH dará vista a los ciegos. Cuando recibimos a Jesús en nuestro corazón los que éramos ciegos espirituales somos introducidos de pronto en la eternidad. Y se abre ante nuestros ojos, recién abiertos, un paisaje que ni siquiera imaginábamos: “Delante de ellos cambiaré las tinieblas en luz”. Las sombras de la muerte quedan de pronto iluminadas por la Luz de la resurrección. Y las falencias de esta vida endulzadas por la perfección prometida para cuando “despertemos a nuestra semejanza” con el Hijo.

***




"¿Quién de entre vosotros
teme a YaHVéH

y escucha la voz de su siervo?
El que anda en tinieblas
y carece de luz,
confíe en el nombre de
YaHVéH
y apóyese en su Dios".
(Isaías 50:10)



Hay veces que Dios nos permite pasar por túneles sin luz para que reconozcamos la Luz por encima de toda luz. Se hace un vacío en el que desaparecen todos los apoyos y solo queda nuestra fe en el Altísimo. Nuestro Señor también paso por ese túnel desde la agonía espiritual del Getsemani hasta la agonía física en la cruz. Hablaba con su Padre, pero aparentemente no recibía contestación. Eran los días previos de la mayor explosión de Luz que haya habido en este mundo: la resurrección.

Cuando Él aparentemente no nos contesta es que esta preparando algo maravilloso para nosotros. ¿Anda en tinieblas sin ninguna luz?: “confíe en el nombre de YaHVéH y apóyese en su Dios”.

***





“¿Quién ha realizado esta obra?
¿Quién, desde el principio, ha ordenado
el curso de la historia? Yo, el Señor,
el único Dios, el primero y el último.
Isaías 41:4

Por confuso que parezca, el curso de la historia tiene Alguien que la guía desde el principio y que la lleva hacia su final. Y no es la voluntad del hombre, ni los falsos dioses, ni los ídolos. La historia tiene un puerto de destino prefijado: el Reino de Dios, un reino de Paz y Justicia duraderos. Lo que vemos hoy en el plano internacional es - en su mayoría - el revés de lo que será en no mucho tiempo. Y con respecto a Israel – que no es el Estado de Israel, sino algo mas complejo que incluye a la iglesia escogida de Cristo, el monte de Sión espiritual – nuestro Dios afirma:

“He aquí que todos los que se enojan contra ti
serán avergonzados y confundidos;
serán como nada y perecerán
los que contienden contigo”
(ver. 11)

Tenemos una promesa fiable a nuestro favor, ¡levantemos nuestra cabeza a pesar de las contradicciones!

***





Mis queridos amigos y hermanos Juan y An
a me mandan fotos de su reciente viaje a Jerusalem:

"Alégrense con Jerusalén,
llénense de gozo con ella
todos los que la aman;
únanse a su alegría todos los
que han llorado por ella”;
Isaías 66:10



Juan y Ana tienen un hermoso sitio con un foro de temas cristianos en donde se pueden encontrar material e información sobre innumerables temas. ¡Vale la pena visitarlo!:



“pues la vida fue manifestada
y la hemos visto, y testificamos
y os anunciamos la vida eterna,
la cual estaba con el Padre
y se nos manifestó”
1Juan 1:2

El fruto mas bendito del ministerio de nuestro Señor en la tierra es haber manifestado - puesto a nuestra disposición – la vida eterna que estaba en el seno del Padre. Como está dicho en Juan 1:18:

“A Dios nadie le vio jamás;
el unigénito Hijo, que está
en el seno del Padre,
él le ha dado a conocer”.

Aquello que estaba en el seno de el Padre está ahora a nuestro alcance. Nuestra finitud ha sido traspasada por la eternidad. Nuestra corrupción, revestida por la incorrupción. La carne vencida por el Espíritu. ¡Aleluya!. Contemplemos este misterio cada mañana para vivir por la fe la eternidad que ya es nuestra, y traspasar así las contradicciones y limitaciones de este mundo con la armonía perfecta del venidero.

***





"Yo anuncio el fin desde el principio;

desde los tiempos antiguos,
lo que está por venir...
Lo que he dicho, haré que se cumpla;
lo que he planeado, lo realizaré”
(Isaías 46:10-13)

¡Que tranquilidad dá, en medio de la confusión de estos días, saber que YaHVéH está en control de la situación. Que nada lo pilla desprevenido. Que lo que Él anunció se cumplirá a pesar de que mirando a nuestro alrededor parece que la Verdad desfallece, que las iglesias de Cristo – el monte de Sión espiritual – están en confusión, que el Oriente Medio es un callejón sin salida y que el Estado de Israel está sitiado por sus enemigos!.

Mi justicia no está lejana;
mi salvación ya no tarda.
¡Estoy por traerlas! Concederé
salvación a Sión,
y mi esplendor a Israel".


declara YaHVéH. Y en Zacarías 2:7

“Oh Sión, la que moras con
la hija de Babilonia, escápate”.


Hoy tenemos dos realidades: la de tipo "Sión", y la de tipo "Babilonia". Una será salva y YaHVéH morará con ella. Y otra perecerá completamente, será consumida, desaparecerá de la faz de la tierra. Y cada uno debe decidir a cual de las dos pertenece.

***







“pues todos los que habéis
sido bautizados en Cristo,
de Cristo estáis revestidos”.
Gálatas 3:27

¡Que soberbia afirmación! ¡Que escudo de defensa! Aunque los cristianos parezcamos a veces ante el mundo ser poca cosa, seres vacilantes y soñadores, en realidad tenemos la coraza de Aquel mediante el cual fueron hechas todas las cosas, el Rey de reyes y Señor de señores del mundo venidero: el Alfa y Omega de toda la creación. Alguien dijo que “lo esencial es invisible a los ojos”, y el mundo no percibe lo esencial. Mira sin ver. Y así como hoy en misterio estamos revestidos de Cristo mañana despertaremos a nuestra completa semejanza con Él, nuestro Hermano Mayor. Vivamos sabiendo que todavía no se ha manifestado lo que hayamos de ser en las eternidades en gloriosa convivencia con nuestro Hermano y nuestro Padre. Es que todavía no llegamos a casa.

***





“Mas ahora que habéis sido libertados del pecado
y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto
la santificación, y como fin, la vida eterna”.
Romanos 6:22


Pasamos de la esclavitud de la bajeza a la esclavitud de lo Alto, de dar frutos de inmundicia a dar frutos de santificación. De la condenación eterna a la vida eterna.

Pero el mundo de hoy está encadenado al pecado y a la inmundicia. Y glorifica esta vida como si fuera la única. “Comamos y bebamos que luego moriremos”. Es natural entonces que se abra un abismo ancho y profundo entre aquel que fue comprado por la sangre de Cristo y lavado por su Palabra y los que viven de acuerdo a los rudimentos de este mundo. No hay conciliación posible y pronto los santos serán perseguidos.

Pero ¡aleluya!, nosotros ya tenemos puerto de destino y podemos descansar en Cristo, nuestra paz, en la tormenta venidera.

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Leemos 2 Colosenses:9 en diferentes traducciones para exprimir mejor su significado:

“Porque en él habita corporalmente
toda la plenitud de la Deidad”

Reina Valera 60:

“Porque toda la plenitud de Dios
se encuentra visiblemente en Cristo”
Cristo Para ti

“porque tan sólo en él se encuentra
la plenitud de Dios encarnada en cuerpo humano”

Castillán

“Porque toda la plenitud de la Deidad
reside corporalmente en El”

Biblia de las Américas:

“Cristo es completamente igual a Dios”
Biblia en lenguaje sencillo

Esta verdad insondable es una de las rocas de nuestra fe, la revelación de un misterio guardado para nosotros desde la fundación del mundo y del cual hablaron en misterio todos los profetas.

¡Cuánto debemos dar gracias al Dios nuestro que se nos revelo en su Hijo!. Los musulmanes dicen que solo hay un "dios" en el cielo y que de allí no baja. A lo sumo elige profetas para hablar. Pero no baja. No se manifiesta corporalmente al hombre. Dice la Palabra que la Ley vino por Moisés, pero la misericordia y la Verdad por su Hijo. El “dios” que esclaviza a los musulmanes es “ley” sin “misericordia”. No tiene amistad con el hombre, tiene solo dominio sin corazón. Pero nosotros tenemos el corazón del Hijo, hecho carne, que exclama: “perdonados Padre porque no saben lo que hacen”. Y que sangró en la cruz hasta la muerte para alcanzar para nosotros la liberación de los decretos que nos condenaban, y donarnos vida eterna. ¡Como podemos explicar tan grande amor! No hay palabras, solo contemplando su rostro.

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“Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo,
no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él”,

Filipenses 1: 29

Muchas veces nos encontramos con un evangelio descafeinado que habla de creer en Jesús y “parar de sufrir”. Por supuesto que con la fe en Cristo cesa para nosotros el sufrimiento que viene del mundo, aquel sordo y cruel que hiere y lastima y causa desolación. Pero la fe en el Resucitado trae consigo un nuevo tipo de sufrimiento: un sufrimiento con esperanza que es la antesala del gozo. El pensamiento de Dios/Elohim es tan lejano al nuestro como los cielos lo son de la tierra, y su divina complejidad se expresa en santas paradojas. Leemos más en Filipenses 3:10:

“y conocerle a El,
el poder de su resurrección
y la participación en sus padecimientos,
llegando a ser como El en su muerte,
Filipenses 3.10

Inmediatamente que el Espíritu nos vivifica nace en nosotros la gloriosa esperanza de la resurrección, el sello de nuestra fe. Pero ella precisa ser probada para que sepamos que realmente está en nosotros. Por eso en el Camino se nos hace pasar por el padecimiento y sentimos de pronto el peso de una cruz. Una a nuestra medida, por supuesto, no la que padeció nuestro Señor en Quien se depositó el peso de todo el pecado del mundo. Pero “quien quiera ser mi discípulo tome su cruz”.

No nos quejemos de este padecimiento a nuestra medida. El proviene de la unión perfecta y progresiva con nuestro Hermano. Si no se nos hiciera pasar por este padecimiento a nuestra medida no experimentaríamos el gozo cuando luego de un peso de muerte emergiéramos victoriosos por el poder de Su resurrección que opera en nosotros.

Y cuando la muerte física finalmente nos llegue despertaremos a nuestra completa semejanza con Él:

“Yo en justicia veré tu rostro:
Seré saciado cuando despertare
á tu semejanza”.

Salmo 17:15

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Por tanto, profetiza, y diles:

Así ha dicho YaHVéH el Señor:
He aquí yo abro vuestros sepulcros,
pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas,
y os traeré a la tierra de Israel....

Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis ...”
Ezequiel 37: 11-14

¡Que misteriosos son los planes de Dios/Elohim para con su pueblo, y que maravillosos!. Todos los días debemos renovar nuestro pensamiento para ponernos en sintonía con Él, y lejos de las apariencias. ¿Qué puede haber mas siniestro para la mente carnal que la muerte?. Pues Dios/Elohim nos dice: “yo abro vuestros sepulcros”, Esta es una promesa del AT que alcanza su manifestación gloriosa en el Nuevo Testamento con la resurrección del Hijo que abre la puerta de la eternidad a todos los que en Él creen.

Y ¿qué puede haber hoy mas conflictivo, contradictorio y difícil para vivir que la tierra de Israel?. Tierra rodeada - y en parte habitada - por enemigos en donde conviven el ateísmo, la fe, la apostasía y la idolatría. Llena de escombros de muchas guerras y en donde hasta el agua es amarga y escasa. Pues Él promete que será una delicia infinita de gozo y paz para el pueblo que “subirá” de su sepultara para heredarla.

En donde nuestra mente carnal ve el fin, el ve el inicio. Y en donde las noticias nos martillan con amenazas de guerra, hostilidad perpetua, paz imposible y “piedra de tropiezo” para las naciones, Él ve un vergel dichoso para su pueblo, que será el centro de en un mundo de Paz y Justicia en donde la gloria de Dios/Elohim lo cubrirá todo.

Veamos las cosas con la “mente de Cristo”, descansemos en sus planes y en sus promesas que son tan ciertas como la venida del alba.

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“He aquí, vienen días--declara el SEÑOR--

cuando el arador alcanzará al segador,
y el que pisa la uva al que siembra la semilla”;
Amos 9:13

Cuando leí por primera vez este pasaje, mas de treinta años atrás, tuve dificultad en comprenderlo. Pero hoy advierto su cumplimiento en la aceleración del tiempo producido por la globalización electrónica. Vivimos en un eterno presente, en una cultura plana. Es imposible meditar sobre ayer, porque el hoy se nos viene encima. Todo ha de ser instantáneo. Así, arador y segador se convierten en una sola cosa. Las noticias son instantáneas desde cualquier punto de la tierra y son sustituidas rápidamente por otras noticias también instantáneas antes de poder asimilarlas. Las distancias desaparecen, todo se abalanza sobre nosotros.

Es difícil hablar la Palabra en estos contextos. Es difícil tomar distancia para la introspección. Y luego de estos días acelerados que se profetizan vendría de improviso la restauración de Israel, el Reino de Dios, el Reino mesiánico, el levantamiento del Tabernáculo de David que esta caído:

“Restauraré el bienestar de mi pueblo Israel,
y ellos reedificarán las ciudades asoladas
y habitarán en ellas;
también plantarán viñas y beberán su vino,
y cultivarán huertos y comerán sus frutos.
Amos 9:14

Y Dios mismo morara con su pueblo. ¡Aleluya!

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“Y yo sé que en mí, esto es,

en mi carne, no habita el bien,
porque el querer el bien está en mí,
pero no el hacerlo”.
Romanos 7:18

Unas de las frustraciones del caminar en la fe es esta - tan intima - que relata el apóstol Pablo. Porque en el inicio esperamos que, al entregar nuestra vida al Señor y venir a ser habitación del Espíritu, fluirá el bien de nosotros sin interrupción ni impedimento alguno. Pero pronto vemos que no sucede así. En realidad el Espíritu nos sella para vida eterna, como cuando pagamos una seña por algo que vamos a comprar completamente mas tarde. Nosotros somos de Él desde que hicimos nuestra confesión de fe y arrepentimiento de nuestros pecados, y el renovará nuestro corazón sustituyendo el de piedra que teníamos por uno que responda con solicitud a sus toques de amor. Pero esa sustitución no estará completa sino hasta cuando esto que es corruptible – el cuerpo – se revista de incorruptibilidad. Entonces, solo entonces, seremos completamente llenos de su amor. Ahora añoramos el mundo venidero, anhelamos su venida. Pero hasta ese día sufriremos los aguijones de la carne aunque ya se hizo efectiva la promesa de compra.

“¡Miserable de mí! ¿Quién me librará
de este cuerpo de muerte?
¡Gracias doy a Dios,
por Jesucristo Señor nuestro!

Así que, yo mismo con la mente sirvo a la
ley de Dios,
pero con la carne, a la ley del pecado".

En cierta forma encontramos descanso en esta declaración. La vida cristiana normal es una milicia - una guerra - entre el Espíritu y la carne que a veces nos entristece, y otras nos hace saltar de gozo.

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