”Y dejaré en medio de ti
un pueblo humilde y pobre,
el cual confiará en el nombre de YaHVéH”
(Sofonías 3:12)
¡Que diferentes son las demandas del Reino a las de este mundo!. Aquí se premia el individualismo, la “rebeldía”, los proyectos propios y aun la altanería. Pero el remanente que heredará el Reno de Dios en Sión será un pueblo “humilde y pobre”. El Señor en las bienaventuranzas menciona a los “pobres de espíritu”. Los que son de naturaleza “oveja” y no “cabritos”. Nos resulta difícil aceptar esa naturaleza tan opuesta a las demandas de este mundo. Tan menospreciada. Pero en eso consiste gran parte de la educación de lo Alto que nos es impartida mientras estamos en el Camino: Dios nos va conformando según Sus deseos, limando nuestras rebeldías, sustituyendo nuestros proyectos por los de Él. El versículo que sigue el anterior es mas explícito aún sobre la naturaleza de “ovejas” del remanente de Israel que será guiado a verdes prados por el Gran Pastor:
“el remanente de Israel;
no cometerá iniquidad,
no dirá mentiras,
ni se hallará engaño en su boca.
Pastarán y se echarán a descansar
sin que nadie los espante.”
(Sofonías 3:13)
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