¿Hay alguna relación entre la reedificación del Tabernáculo de David y la predicación del evangelio del Reino a las naciones?. Sí, esto fue establecido en el primer Concilio de la iglesia, en Jerusalem. Con la autoridad de los apóstoles.

El AT llama “Tabernáculo de David” reedificado a algo que sucedería al final de los días, en la edad mesiánica. Lo mismo que el Nuevo Testamento llama Reino de Dios, o Reino de los cielos. Esto es: el Reino del Hijo de David, nuestro Señor Jesucristo.

Y nuestro Señor sabía que gran parte de la futura población de ese Reino - aquella que estaba bendecida por el don de la extraordinaria abundancia de su prole - pertenecía a la “casa de Israel(Efraín)” desterrada entre las naciones por causa de su rebeldía, en el año 722 A.C..

Y por eso la buena noticia del Reino debía de ir a la búsqueda de esa “casa de Israel(Efraín)” dispersa, para lo cual Jesús/Yeshua eligió un cuerpo apostólico – un cuerpo de enviados personales - en una noche de oración, y el Espíritu Santo los revistió de dones el día de Pentecostés. Y así ellos encontraron – “pescaron” – un pueblo para su Nombre entre todas los pueblos, lenguas y razas, de la tierra fundando y conformando la iglesia de Cristo de sana doctrina que recorrió victoriosa los siglos de la gracia hasta hoy.

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LA
REEDIFICACIÓN
DEL

"TABERNÁCULO
DE DAVID" Y LA
PREDICACIÓN DEL
EVANGELIO
A LAS
NACIONES

En el primer concilio de la iglesia - en Jerusalem - cuando se consideró la aceptación del evangelio por parte de los gentiles, Jacobo hizo una penetrante declaración profética citando a Amos 9:11:

"Después de esto volveré y reedificaré
el Tabernáculo de David
que ha caído
y reedificaré sus ruinas
y lo levantaré de nuevo.
Para que el resto de los hombres
busque al Señor,
Y todos los gentiles,
sobre los cuales
es invocado mi nombre
Dice el Señor, que hace conocer
todo esto desde tiempos antiguos".
(Hechos 15:16-18)

Es decir, el líder de la iglesia en Jerusalem - seguramente recogiendo palabras Pedro - afirmó proféticamente que la restauración del "Tabernáculo caído de David" era el misterio que gravitaba en la incomprensible (dentro del judaísmo) apertura a los "gentiles" de la fe en el Resucitado . ¡Tremenda afirmación que extiende el reino paradigmático de YaHVéH – el reino davítico – al mundo entero!.

La expresión "tabernáculo" aquí alude a algo muy importante en la historia de ISRAEL: la "casa de David", es decir, la dinastía o el linaje (Apocalipsis 22:16) a través de la cual vendría el Mesías/"Hijo de David Y Jacobo afirma proféticamente que en la "evangelización" a los gentiles está envuelto el misterio de la reconstrucción del reino davítico, con sus doce tribus ordenadas bajo un solo "Jefe".

¿Y donde estaban las tribus faltantes para restaurar el reino davítico en días de los apóstoles - y en nuestros días - ?. Pues entre las naciones, olvidadas de sus raíces su fe y su cultura por determinación de YaHVéH (Amos 9:9, Oseas 7:8). Por eso el pasaje menciona a "todos los gentiles sobre los cuales se invoque mi nombre". Aquí se está aludiendo a lo que en otro lado se llama "plenitud de los gentiles" (Romanos 11:25), esto es: los israelitas "gentilizados" - conformados con la cultura de las naciones - a los cuales YaHVéH había prometido extender su misericordia y retornarlos a su tierra al final de los días, precisamente para reconstruir el reino davítico.

En Hechos 10:36 y en Mateo 10:5-7 se dice que el evangelio fue enviado a los "hijos de Israel(Efraín)", o "casa de Israel". De modo que para alcanzar a las "ovejas perdidas" los apóstoles deberían predicar a todas las naciones de la tierra, porque en todas ellas hay "ovejas perdidas de la casa de Israel" y estas no se diferencian del entorno etnico-cultural en que se encuentran.

Podemos concluir entonces que los que hemos sido alcanzados por el evangelio somos en misterio - en su enorme mayoría (nota 1) - "hijos de Israel(Efraín)" reencontrados por el anuncio del Reino. Esto es: "hijos del Dios Viviente" (Oseas 1:10), "ovejas perdidas de la casa de Israel" que volverán a su redil al final de los días para unirse al remanente salvo de la "casa de Juda" y restaurar las ruinas del "Tabernáculo de David", A esto se refería Jacobo en la conclusión del concilio de Jerusalem. Y los apóstoles nunca perdieron esta perspectiva si bien con el paso de los siglos fue desdibujándose en las "iglesias de Cristo" por interpretaciones teológicas parciales. Y estos son días en que urge retornar al cauce profético señalado por Jacobo en el amanecer de la predicación del evangelio a las naciones.

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(nota 1) en Exodo 12:38 se dice que salieron con el exodo de la congregación de Israel "grande multitud de toda clase de gentes", y en Hechos 2:10 se dice que estaban entre quienes escucharon el poderoso primer mensaje del apóstol Pedro "romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos". De modo que tanto en el primer éxodo, como desde el inicio de la evangelización hubo no-israelitas que unieron su destino a la nación de Israel (prosélitos). Asimismo habrá muchos gentiles salvos en el Reino de los Cielos, junto al remanente salvo de las doce tribus de Israel. Estos no-israelitas presumiblemente serán contados con la tribu de Israel en la que están congregados como en el caso de los "extranjeros" en el Israel bíblico. De todos modos hoy no sabemos quien es israelita y quien es gentil en las "iglesias de Cristo".

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