Mi hermano en Cristo Juan Fernández
me manda, desde España, esta meditación:
LA IMPORTANCIA DE SER
AGRADECIDOS
“Porque las cosas invisibles de él,
su eterno poder y deidad, se hacen
claramente visibles desde
la creación del mundo,
siendo entendidas por medio
de las cosas hechas,
de modo que no tienen excusa.
Pues habiendo conocido a Dios,
no le glorificaron como a Dios,
ni le dieron gracias,
sino que se envanecieron en sus
razonamientos, y su necio corazón
fue entenebrecido.”
(Romanos 1:20-21)
En este versículo vemos lo que sucede cuando no reconocemos a Dios en las circunstancias que nos rodean, no lo honramos, ni le damos gracias por todo: "nos envanecemos en nuestros razonamientos y nuestro corazón es entenebrecido".Si nos fijamos en las personas que no son agradecidas podemos observar que sus corazones están entenebrecidos.Dos personas pueden pasar por la misma situación y una sale más fuerte en la fe y la otra sale dudando y con quejas ¿Por qué sucede esto? Porque la persona que sale fortalecida en su fe ha tenido un corazón lleno de gratitud hacia Dios a pesar de sus circunstancias, mientras que la persona que sale con quejas y dudas NO ha tenido un corazón agradecido.Cuando una persona pasa por una situación difícil puede decir: “Esto No es justo, Dios tiene la culpa de lo que me pasa, fulanito de tal tiene la culpa”, sin embargo otra persona con un corazón agradecido vería las cosas positivas dentro de esa situación e incluso daría gracias por todo lo que viva y aprenda de esa dificultad en su vida.Nuestro corazón es oscurecido o entenebrecido cuando no hay agradecimiento en nuestras vidas, cuando en nuestro corazón no honramos a Dios y le damos gracias.Una de las primeras cosas que debe haber en nuestro corazón cuando nos acercamos a Dios es agradecimiento como podemos leer:
“Vengamos ante su presencia
con acción de gracias;
aclamémosle con salmos”.
(Salmo 95:2)
“Entrad por sus puertas
con acción de gracias,
y a sus atrios con alabanza.
Dadle gracias, bendecid su nombre.”
(Salmo 100:4)
aclamémosle con salmos”.
(Salmo 95:2)
“Entrad por sus puertas
con acción de gracias,
y a sus atrios con alabanza.
Dadle gracias, bendecid su nombre.”
(Salmo 100:4)
No entramos por sus Puertas con quejas ni con amargura, entramos con acción de gracias, con un corazón agradecido y lleno de gratitud.
“Esto digo, pues, y afirmo
juntamente con el Señor:
que ya no andéis así como
andan también los gentiles,
en la vanidad de su mente,
entenebrecidos en su entendimiento,
excluidos de la vida de Dios por causa
de la ignorancia que hay en ellos,
por la dureza de su corazón...”
(Efesios 4:17-18)
que ya no andéis así como
andan también los gentiles,
en la vanidad de su mente,
entenebrecidos en su entendimiento,
excluidos de la vida de Dios por causa
de la ignorancia que hay en ellos,
por la dureza de su corazón...”
(Efesios 4:17-18)
Los gentiles andan en la vanidad de su mente y entenebrecidos en su entendimiento por causa de la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su corazón . . . y esta dureza de corazón se produce cuando no hay gratitud en el corazón.
“Por nada estéis afanosos,
sino sean conocidas vuestras peticiones
delante de Dios en toda oración y ruego,
con acción de gracias.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo
entendimiento, guardará vuestros corazones
y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”
(Filipenses 4:6-7)
delante de Dios en toda oración y ruego,
con acción de gracias.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo
entendimiento, guardará vuestros corazones
y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”
(Filipenses 4:6-7)
Cuando oramos y pedimos con acción de gracias, la paz de Dios guarda nuestras mentes y corazones, nuestro corazón no será oscurecido, nuestras mentes no se envanecerán, la paz de Dios será un muro protector alrededor de nuestro corazón y nuestra alma. Cuando somos agradecidos la paz de Dios gobernará en nuestras vidas.La palabra griega para “acción de gracias” es eucharistia cuya raíz es charis que significa “gracia”. Si hay en nuestro corazón eucharistia, estamos en una posición correcta delante de Dios para recibir su charis. Dios obra en nuestras vidas cuando le honramos y le damos gracias.
***
¡Gracias Juan!
¡Gracias Juan!
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