“La bondad de Dios te guía al arrepentimiento” (Romanos 2:4)


ETERNIDAD EN EL CORAZÓN

“Él estaba destinado desde antes
de la fundación del mundo,
pero ha sido manifestado
en los últimos
tiempos
por amor de vosotros.

Por medio de él creéis en Dios,
quien lo resucitó de los muertos
y le ha dado gloria, para que vuestra fe
y esperanza sean en Dios.
(1 Pedro 1:20-21)

Dice en Eclesiastés 3:11 que Dios “ha puesto eternidad en el corazón del hombre, sin que este alcance a comprender la obra hecha por Dios desde el principio hasta el fin”. ¡Gloria!. Cuando aceptamos a Cristo en nuestro corazón nos incluimos explícitamente en los planes eternos de Dios. Posiblemente el escritor de Eclesiastés todavía no lo comprendiese, pero ahora, con el Hijo, mucho de este misterio se nos ha revelado:

Por medio de él creéis en Dios,
quien lo resucitó de los muertos

"por medio de Él" Dios se ha revelado por completo a los Hombres y Él estaba destinado desde “antes de la fundación del mundo” para ser sacrificio expiatorio por nuestros pecados. Y Él resucitó abriendo camino a la vida eterna para los que en Él creyeron. Estas cosas cierran un círculo: entendimiento y Propósito. Cosas que la Ley anunciaba en sombras, pero no podía discernir claramente.

En estos días en que todo es provisorio y las noticias de hoy envejecen rápidamente a las de ayer, en que todo es descartable y la obsolescencia forzada es ley en la economía de mercado, saber que estamos incluidos en planes eternos, en los que no hay sombra de variación, es una “marca de origen” superior a todas. Y esto nos tiene que llevar a andar con temor y temblor mientras estemos en esta peregrinación.


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