“La bondad de Dios te guía al arrepentimiento” (Romanos 2:4)



“¡Bendecid a YaHVéH , vosotros sus ángeles,
poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra
obedeciendo a la voz de su precepto!
¡Bendecid a YaHVéH, vosotros todos sus ejércitos,
ministros suyos que hacéis su voluntad!”
(Salmo 103:20-21)

Cuando Jacob se disponía a reencontrarse con su hermano Esau en un estado de gran ansiedad por no saber sus intenciones sucedido lo siguiente:

“Jacob siguió su camino, y le salieron
al encuentro unos ángeles de Dios.
Dijo Jacob cuando los vio: «Campamento
de Dios es este», y llamó a aquel
lugar Mahanaim”
(Genesis 32:2)

“Mahanaim” quiere decir “dos campamentos”. Jacob veía que sobre su campamento terrenal había un campamento de ángeles que lo protegía. También Eliseo, viendo que un ejército sirio poderoso rodeaba Samaria, ante el terror de su criado oró:

“Te ruego, YaHVéH, que abras sus ojos
para que vea». YaHVéH abrió entonces
los ojos del criado, y este vio que el monte
estaba lleno de gente de a caballo y
de carros de fuego alrededor de Eliseo”.
(2 reyes 6:16-17)

Pocas veces somos conscientes de estos “ministros de YahVéH”. Pero si nuestros ojos se abrieran veríamos ángeles que nos protegen de parte de YahVéH.

Esta realidad se hizo patente en las modernas guerras del Estado de Israel con los árabes, en donde muchas veces se hizo visible el ejercito angélico para aterrorizar el enemigo y entregarlos en manos de los judíos. Asimismo a escala individual, siempre podemos confiar en que ángeles están a nuestro lado de parte de YaHVéH. Y quizás un día nos enteremos de que peligros fuimos librados por su ministerio.

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